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La quimioterapia es muy eficaz para tratar el cáncer de forma preventiva y para evitar metástasis.
Los objetivos de la quimioterapia dependen del tipo de cáncer y de cuánto se haya diseminado. A veces, el objetivo del tratamiento es destruir todo el cáncer y evitar que vuelva a aparecer. Si esto no es posible, la quimioterapia puede retrasar o ralentizar el crecimiento del cáncer.
Hay algunos tumores que, a pesar de que estén diseminados, se pueden llegar a curar con la quimioterapia como ocurre con los linfomas, los tumores de testículo o el cáncer de ovario germinal. Hay otros tumores que ya se han diseminado y que la quimioterapia lo que hace es inducir mejoría, en algunos casos para aumentar la posibilidad de operar el tumor y extraerlo.
Retrasar o ralentizar el crecimiento del cáncer con quimioterapia también ayuda a controlar los síntomas causados por el cáncer. La quimioterapia administrada con el objetivo de retrasar el crecimiento del cáncer a veces se denomina quimioterapia paliativa.